Pastos de laguna atrapados en cubos de cemento y rubras espigas que vuelan entre las rejas. Ráfagas de aire fresco renuevan el adentro.
Platea de recitales lejanos y aviones que surcan el firmamento. La voz metálica del tren que pasa dejando su sismo ferroviario, fugaz y tembloroso.
Métafora del jardín ausente. Afuera con sabor a poco, que más alla del férreo limite de barrotes ordenados, se extiende en el horizonte con tejados hasta el infinito.
Fotos: Fio Debernardi
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